Fuente: FEPEX 7 Julio 2023

La Comisión presenta un nuevo paquete de medidas sobre técnicas genómicas, reproducción de material vegetal, suelo y desperdicio alimentario

La Comisión Europea ha presentado, este miércoles, un nuevo paquete de medidas, incluidas dentro del Pacto Verde Europeo, que se componen de cuatro actos legislativos: sobre las plantas obtenidas mediante nuevas técnicas genómicas; sobre la producción y comercialización de materiales de reproducción vegetal y forestal; sobre la “vigilancia del suelo” y sobre el desperdicio alimentario.

Respecto a la propuesta de Reglamento sobre las plantas obtenidas mediante nuevas técnicas genómicas, la Comisión explica que las nuevas tecnologías pueden contribuir a aumentar la resiliencia tanto de la agricultura como de las tierras forestales y proteger las cosechas de los efectos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación del medio ambiente. Las nuevas técnicas genómicas (NTG) son herramientas innovadoras que ayudan a aumentar la sostenibilidad y la resiliencia de nuestro sistema alimentario. Permiten desarrollar variedades vegetales mejoradas que son resilientes al clima y a las plagas, que requieren menos fertilizantes y plaguicidas y que pueden garantizar un mayor rendimiento, ayudando a reducir a la mitad el uso y el riesgo de los plaguicidas químicos y disminuyendo la dependencia de la UE de las importaciones agrícolas.

En la mayoría de los casos, estas nuevas técnicas dan lugar a cambios más específicos, precisos y más rápidos que las técnicas convencionales, al tiempo que se obtiene un cultivo que es igual al que podría haberse logrado con técnicas clásicas, como la selección y el cruce de semillas.

Con relación a la propuesta de Reglamento sobre la producción y comercialización de materiales de reproducción vegetal y forestal, Bruselas estima que aumentará la diversidad y la calidad de las semillas, esquejes y otros materiales de reproducción vegetal. Así, se garantizarán unos rendimientos estables gracias a variedades vegetales preparadas para el futuro a través de la realización de pruebas de sostenibilidad (por ejemplo, la resistencia a las enfermedades). Las semillas también se adaptarán mejor a las presiones del cambio climático, ayudarán a preservar la diversidad genética de los cultivos y contribuirán a garantizar la seguridad alimentaria, según recoge la Comunicación de la Comisión consultada por FEPEX.

 En tercer lugar, respecto a la propuesta de Directiva sobre vigilancia del suelo, la primera que hace la Comisión sobre este asunto responde a la necesidad de mejorar las condiciones del terreno, ya que entre el 60 y el 70 % de los suelos de la UE se encuentran actualmente en mal estado. Además, cada año la erosión destruye alrededor de 1 000 millones de toneladas de suelo, lo que significa que la capa superior fértil restante está desapareciendo rápidamente. Los costes asociados a la degradación del suelo se estiman en más de 50 000 millones de euros al año.

Según Bruselas, el texto presentado el día 5 de julio no impone ninguna obligación directa a los propietarios y gestores de tierras, incluidos los agricultores. Propone que los Estados miembros definan prácticas positivas y negativas para la gestión del suelo. Además, definirán medidas de regeneración para devolver los suelos degradados a un estado saludable, sobre la base de evaluaciones nacionales de la salud del suelo.

La propuesta también pide a los Estados miembros que aborden los riesgos inaceptables para la salud humana y el medio ambiente debidos a la contaminación del suelo, guiados por el principio de que quien contamina paga. Los Estados miembros tendrán que localizar, investigar, evaluar y sanear los terrenos contaminados.

Y por último, con relación al desperdicio alimentario, la Comisión ha presentado una propuesta de directiva del Parlamento Europeo y del Consejo por el que se modifica la directiva 2008/98CE sobre residuos. La Comisión propone que de aquí a 2030, los Estados miembros reduzcan el desperdicio de alimentos en un 10 % en la transformación y la fabricación y en un 30 % (per cápita) conjuntamente en el comercio minorista y el consumo (restaurantes, servicios de restauración y hogares).