Fuente: FEPEX 24 Octubre 2023

Fuerte crecimiento de la importación hortofrutícola hasta agosto, un 11% en volumen y un 23% en valor

La importación española de frutas y hortalizas frescas hasta agosto se ha situado en 2,7 millones de toneladas, con un crecimiento interanual del 11% y ha alcanzado 2.955 millones de euros, un 23% más, reforzando la tendencia al alza que se viene observando a lo largo de 2023 y en los últimos años.

El incremento de las importaciones de frutas y hortalizas se ha venido producido en todos los meses de 2023, tanto en volumen como en valor, y con aumentos superiores al 10% en la mayoría de ellos; excepto en agosto que bajó el volumen un 11%.

El volumen de frutas y hortalizas compradas al exterior en enero de este año respecto al mismo mes de 2022 creció un 13%, en febrero un 16%, en marzo un 20%, en abril un 17%, en mayo un 12%, en junio un 5% y en julio un 18%.

En valor, el crecimiento de la importación española fue también muy elevado a lo largo de todos los meses. En enero de 2023 respecto al mismo mes de 2022 creció un 20,5%, en febrero un 18%, en marzo un 37,5%, en abril un 20,5%, en mayo un 25%, en junio un 17,5%, en julio un 29,5% y en agosto un 11%.

Este fuerte incremento de la importación hortofrutícola en 2023 se viene produciendo desde hace tiempo, agudizándose en los últimos años. En la última década, la importación hortofrutícola creció un 52%, pasando de 2,5 millones de toneladas en 2013 a 3,8 millones de toneladas en 2022. Y el valor en el mismo periodo, creció un 106%, pasando de 1.818 millones de euros en 2013 a 3.763 millones de euros en 2022.

Para FEPEX, estos datos contrastan con el descenso del volumen de las exportaciones españolas de frutas y hortalizas que, en el último periodo del que se disponen datos del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales, de enero a agosto de 2023, decrecen un 7,7%.  Muestran, además, el continuo crecimiento de la competencia exterior tanto en el mercado nacional como el comunitario, impulsado por el marco regulatorio de la UE, mucho más restrictivo y exigente que las normativas de países terceros, en distintos ámbitos como el fitosanitario, haciendo cada vez menos competitivo el modelo de producción comunitario.