La exportación de frutas y hortalizas frescas en el primer cuatrimestre crece un 4,5% en valor pero baja un 3,7% en volumen

El descenso del volumen exportado en el primer cuatrimestre del año se ha debido principalmente al retroceso de las frutas, con un 9,8% menos, situándose en 2,2 millones de toneladas. El valor ha crecido un 7,3%, situándose en 2.445 millones de euros.

Dentro de las frutas, cabe destacar el descenso de la pera y la manzana, mientras que han crecido las de fresa, frutos rojos o caqui. La exportación de fresa creció un 10%, totalizando 227.825 toneladas, por un valor de 435,7 millones de euros (+7%). Dentro de los frutos rojos, la frambuesa y el arándano registran los mayores volúmenes, con 14.595 toneladas (+8,5%) por un valor de 124,8 millones de euros (+24,7%) y 11.792 toneladas (+64,3%) por un valor de 98,6 millones de euros (+38,5%) respectivamente. La exportación de caqui se situó en 27.227 toneladas (+8%) por un valor de 27,1 millones de euros (+12,2%)

En cuanto a las hortalizas, España exportó 2,4 millones de toneladas en el primer cuatrimestre del año, un 2,6% más, por un valor de 2.399 millones de euros (+1,8%). El tomate, la principal hortaliza exportada por España, descendió un 3,8% en volumen y un 5% en valor, situándose en 504.732  toneladas y 488,8 millones de euros respectivamente. Tras el tomate, lechuga, pimiento, pepino y coles, son las principales hortalizas exportadas. Los envíos de lechuga se situaron en 395.359 toneladas (-1%)  por un valor de 361,8 millones de euros (+1,9%), los de pimiento fueron de 328.225 toneladas (+2,4%) por un valor de 467,5 millones de euros (+14,5%), los de pepino totalizaron 278.903 toneladas (+5,7%) por un valor de 216,7 millones de euros (-2,6%) y las de coles totalizaron 277.975 toneladas (+5,6%) por un valor de 256,5 millones de euros (+4%).

En el análisis mensual, en enero, se produjo un incremento del volumen y del valor exportado, mientras que en febrero, marzo y abril se ha producido un retroceso continuado del volumen.

En FEPEX preocupa el comportamiento de productos muy significativos para la hortofrutícultura española como el tomate, con un descenso del volumen y del valor exportado, debido, por un lado a la competencia que está sufriendo de países terceros, principalmente Marruecos, con costes salariales, sociales y regulatorios mínimos, y de otros países comunitarios, que han aplicado en sus explotaciones programas intensivos de innovación, generando mayores producciones por metro cuadrado y una extensión de sus calendarios  de comercialización.

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