Fuente: FEPEX 26 Septiembre 2017

La importación española de frutas y hortalizas frescas sigue creciendo en julio

La importación española de frutas y hortalizas sigue creciendo en el mes de julio, con un 4% en volumen y un 4,5% en valor en relación al mismo mes del año anterior, totalizando 198.665 toneladas y 176,3 millones de euros, según datos procedentes de la Dirección General de Aduanas, procesados por FEPEX.

En el acumulado de enero a julio, las compras españolas de frutas y hortalizas frescas ascendieron a 1,7 millones de toneladas, con una variación al alza del 2,7% respecto al mismo periodo de 2016 y 1.531 millones de euros (+10%).

 El principal producto de la importación española, de enero a julio, en términos de peso y valor es la patata, con 497.944 toneladas (+9%), representando el 62% de las hortalizas importadas y el 28% del total sectorial. El valor ascendió a 163 millones de euros (+18%). En hortalizas destaca también la judía verde, con 71.125 toneladas (-2%) y 98,7 millones de euros (+0,2%) y el tomate, con 64.511 toneladas (+8%) y 57,5 millones de euros (+19%).  En conjunto, la importación española de hortalizas en los siete primeros meses del año ascendió a 805.228 toneladas (+5%) por un valor de 496 millones de euros (+12%).

 En cuanto a las frutas, la importación global ascendió a 967.630 toneladas (+1%) por un valor de 1.035 millones de euros (+9%). La primera fruta comprada por España es el plátano, con 174.089 toneladas (+4%), representando el 18% del total,  manzana, con 123.514 toneladas (-13%) y kiwi, con 119.574 toneladas (+32%). Destacan también las compras de piña, con 92.119 toneladas (+7%) sandía, con 75.313 toneladas (+38%), aguacate, con 55.540 toneladas (-2%) o melón con 48.297 toneladas (+15%).

 El crecimiento de julio y en el acumulado enero-julio consolida la tendencia al alza de las importaciones españolas en los últimos años. Para FEPEX el crecimiento constante en determinados productos y periodos coincidentes con la campaña española requiere un análisis que determine si es imputable a una pérdida de competitividad, a la ausencia de reciprocidad en cuestiones medioambientales, sociales o fitosanitarias en los acuerdos comerciales, o a otras causas.